En 1906, Córdoba fue escenario de un innovador intento de industrialización con la creación de la Sociedad Española de Construcciones Mecánicas, una empresa que aspiraba a fabricar automóviles en serie. Liderada por el militar y empresario Antonio Ortega Benítez, esta iniciativa logró construir dos vehículos en su breve existencia, pero la falta de capital truncó su desarrollo. Aunque efímera, la sociedad dejó un legado de visión y emprendimiento en la historia de la ciudad.