La startup de Álvaro Linares

3D Project o cómo pasear por todos los rincones sin moverse del sitio

3D Project o cómo pasear por todos los rincones sin moverse del sitio

A veces es la Diosa Fortuna la que define una carrera. Pero otras veces puede ser su reverso tenebroso. Es el caso de Álvaro Linares, responsable de la startup cordobesa, 3D project, que estudió arquitectura técnica en Sevilla. Cuenta con gran sentido del humor que se topó con un problema: «me sudaban mucho las manos al hacer los planos en clase, por lo que entregaba pergaminos». Eso le agobió tanto que en torno al 2007 se decantó por una asignatura optativa de diseño en 3D, con lo que decía adiós a los papeles. Pero -recuerden a la Diosa Mala Fortuna en este caso- se iniciaba encima la crisis económica, por lo que las perspectivas laborales tras la carrera eran escasísimas: el sector de la construcción estaba en caída libre.

Suele decirse que para los buenos empresarios una crisis es una oportunidad, y para este reciente estudiante e incipiente emprendedor ya se iba abriendo un camino que le dirigía no tanto a la construcción como al diseño. Con un máster y mucha autoformación en Youtube y con cursos y libros fue adquiriendo una serie de conocimientos mientras trabajaba en el sector de la hostelería nocturna. Posteriormente consiguió una beca para trabajar unos meses en el norte de Italia, donde conocería a otro cordobés de Villafranca con el que daría sus primeros pasos en el mundo empresarial, empezando a tener sus primeros clientes. A su vez se apuntó al programa Yuzz del Banco de Santander, donde conoció a otros empresarios con los que está asentados en Silicor Valley, el chalé del Calasancio en el que conviven diversas startup. En ese programa, Linares fue el ganador en tecnología disruptiva.

Lo disruptivo en 2017 del trabajo de ‘3D project’ era traducir mediante esa tecnología los planos a vídeos en 3D, más tarde en realidad virtual, algo que entonces  no estaba aún ni mucho menos tan en boga como hoy día, pese a haber pasado tan sólo un lustro. «De esa forma el cliente puede pasearse por todos los rincones del proyecto».

Linares se quedó finalmente en solitario y amplió sus posibilidades de negocio. Primero con verte.es, un lugar dedicado a las exposiciones virtuales, donde incluye trabajo con fotografía 360 para recrear los tours. En esta página se pueden ver exposiciones de museos o bien de artistas individuales. Poco después llegó Inmocasa 360, un portal de búsqueda de pisos pero con la experiencia de inmersión de la fotografía en 360. «Todos los pisos que se ven son tours virtuales», señala el empresario. Empezó con inmobiliarias de Almería y en breve dará el salto a las de Córdoba.

El mérito de Linares no está solamente en poner tantos proyectos en marcha, sino en superar con ellos la etapa de confinamiento y restricciones a causa del covid y encima desarrollar otro más en plena pandemia, ‘Scape rooms virtuales’, junto a la empresa ‘Robokids‘, algo que ya tratamos en ‘Datta Capital’. Justo esa empresa de scape rooms se ha transformado ahora en Gamificación Inmersiva.

Y como no hay dos sin tres, ni tres sin cuatro, ni cuatro sin cinco… hace poco se ha sumado otro proyecto más basado en impresoras 3D, con las que realiza prototipado, merchandising o reparación de piezas.

Buenas noticias. A pesar de los obstáculos todo va bien, la empresa cuenta ya con dos becarios que posiblemente se queden y todas estas facetas estarán en breve englobadas con la denominación de ‘Musso’, una nueva empresa polifacética incluirá tantísimas actividades.

Nos quedamos por tanto a la espera del sexto proyecto…

 

 

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