Localización
El 17 de agosto de 1918 se ponía en marcha el Círculo de Labradores, Industriales y Comerciantes, una de esas asociaciones civiles similares en cierto modo al Círculo Mercantil o el Círculo de la Amistad, y que a modo de casinos trataban sobre las cuestiones que interesaban a sus asociados pero también otras de tipo social y económico más generales que afectaban a Córdoba. Su primera sede estuvo en Gondomar, y en concreto en el piso bajo de la casa de un conocido dentista de la época, Fernando Guijo. En 1929 se trasladó a la esquina de Gran Capitán con Concepción, donde estuvo hasta 1972. Fue célebre su cafetería, lugar de tertulias y acuerdos comerciales.
Este círculo despertó tanto interés que contaba ya con 800 socios antes de su inauguración, que se realizó al ritmo del himno de la muestra regional de Valencia (muestra comercial e industrial con gran repercusión que se había desarrollado en 1909). Tras esa apertura musical de la banda municipal en el que no faltaron compases de zarzuela y algún fragmento de Aida, de Verdi. siguió un concierto con El primer presidente del Círculo de Labradores fue Juan Romero López y el vicepresidente Raimundo Ruiz Calvente.
Las funciones del Círculo de Labradores eran en cierto modo similares a las del Círculo Mercantil pero adaptadas a las características concretas de los socios, de los que llegó a haber hasta 3.500 comerciantes, agricultores y terratenientes. Una de las primeras medidas de la organización fue reunirse con el gremio de los comestibles, otra una reunión con los agricultores o la constitución en su seno, en noviembre de 1918, del Sindicato Aceitero Andaluz, presidido por Luis Madina y que tuvo en sus inicios 255 olivareros socios. Este sindicato surgió para luchar, entre otros aspectos, contra la prohibición de exportar aceite que imperaba entonces. En octubre de 1919 acogía igualmente la puesta en marcha de la Federación Patronal Agraria de Córdoba. Entre su primeras intervenciones, esta patronal luchó para evitar los excesos del Gobernador Civil, que pretendía favorecer ciertos monopolios en el mercado del trigo. Tanto el sindicato como la federación estaban ligados al círculo pero tenían sus propios asociados y autonomía.
Aunque existente desde años antes que todas estas entidades, fue frecuente durante mucho tiempo que tuvieran una relación constante con el Sindicato Obrero de Oficios y Profesiones Varias, que en representación de los obreros acordaban ciertas medias con los patronos, como por ejemplo los jornales.
En el Círculo de Labradores podían celebrar desde concursos de trajes de carnaval hasta la asamblea de la Sociedad de Ganaderos de la Provincia, pues como era habitual en las sociedades de tipo casino, actividades lúdicas o culturales se entremezclaban con el grueso de las profesionales.
En su sede de Gran Capitán esquina con Concepción, el círculo se convirtió en uno de los mentideros de la ciudad. Contaba con dos plantas, la de arriba para los directivos y la de abajo con salones para los socios y cafetería con unas largas barras. Justo en frente estaba la cafetería del Círculo Mercantil, con lo que ambos, cara a cara, suponían un lugar de enorme importancia tanto para los negocios como para el ocio.