El inventor cordobés Álvaro Giménez lleva sus ingenios al pequeño usuario del mundo de la caza

El inventor cordobés Álvaro Giménez García-Courtoy continúa avanzando en sus proyectos de comederos para animales como venados o, en este caso, jabalíes. Acaba de registrar la patente de un nuevo dispositivo de extracción de alimentos que se une a los ya comercializados con su empresa, BSF Comederos, y que ya protagonizaron un reportaje en Datta Capital el pasado año.

Giménez ha realizado ahora una apuesta por un comedero más barato para dirigirse a una parte de la clientela que quedaba huérfana por la sofisticación y precio de las otras máquinas. Así, para el pequeño usuario ha fabricado un producto modular en el que la pieza más pequeña cuesta solamente 49 euros, y puede por sí sola combinarse para crear un comedero con un bidón o un cubo. Así de sencillo. ¿Qué se entiende en este ámbito por pequeño usuario? Pues por ejemplo alguien que tenga cinco hectáreas de terreno, algún jabalí se esté comiendo sus cultivos y decida cazarlo con el permiso pertinente. El comedero atraería al animal.

El inventor cordobés Álvaro Giménez lleva sus ingenios al pequeño usuario del mundo de la caza

En cuanto al resto de los comederos, el primero salió a la venta en junio de 2021. Estaba pensado para que solamente accedieran al alimento los machos de los venados para así conseguir un mayor crecimiento de la cornamenta. Para ello establecía un umbral de altura regulable mediante un dispositivo electrónico. Se llama BSF Venados.

Poco más tarde vinieron BSF Jabalíes y BSF Aguardos destinados a que comiesen tan sólo jabalíes. El primero cuenta con un dispositivo electrónico y el segundo es más sencillo. A estos se añadió BSF lechones, destinado a las crías de jabalí, que dispensa comida a los lechones y a las madres que los acompañan, no a jabalíes adultos ni a otras especies.

Todos estos dispositivos, pensados para grandes fincas, se venden por encima de los 2.000 euros, salvo Aguardos, que no llega a 400.

MÁS SENCILLO PARA PEQUEÑOS USUARIOS

Como indicamos, el nuevo invento se dirige al pequeño usuario y por tanto reduce el precio muchísimo. El cliente puede optar por comprar la trampilla de menos de 50 euros y utilizar su propio depósito (ese bidón o cubo que mencionamos). O bien puede comprar el comedero entero con depósito oficial, con lo que el conjunto se quedaría ene 168 euros. El precio de las trampillas se puede ver reducido si se compran varias gracias a diversas ofertas.

«Este comedero está colgado en un árbol, por lo que el cliente puede decidir la altura que le da», explica Giménez. «A partir de ahí el jabalí tiene que levantar una trampilla y empujarla ligeramente hacia detrás para que caiga el alimento en pequeñas dosis».

A diferencia de los anteriores comederos, y gracias a su sencillez, este producto no sólo se comercializa a través de la página web de la empresa, sino también en armerías. «Ya estamos trabajando con siete distribuidores», precisa el empresario. En el caso de Córdoba se vende ya en las siguiente armerías o tiendas: Cenaliman, Millán y Agroalimentación El Capi. Las previsiones de la empresa apuntan, a medio plazo, a tener 200 puntos de venta en España.

El empresario cordobés continúa así con su propósito de llevar la innovación al mundo de la caza, un sector todavía en España algo inmovilista. Por ello, además de su asistencia a ferias nacionales como Intercaza o la Feria Cinegética de Madrid, planea en breve extender su negocio de forma internacional.

 

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