La empresa constructora Prasa, propietaria del edificio donde se encontraba el conocido Meliá, en el céntrico Paseo de la Victoria, presentó el año 2004 un proyecto de remodelación del inmueble, que con el paso de los años había perdido alguna estrella por, entre otros asuntos, carecer en aquella época de instalaciones de aire acondicionado. Prasa había comenzado su andadura en Torrecampo en los años 60, se trasladó luego a Córdoba y empezó su expansión. A principios de los dos mil era un constructora más que pujante que había entrado en el terreno sanitario con las residencias Sanyres y los proyectos de construcción de hospitales. Un verdadero gigante en una época verdaderamente pujante para la construcción. Contaba con la cátedra de empresa familiar abierta en el año 2000 y una fundación puesta en marcha en 1999.
Para el proyecto contrataron al arquitecto Carlos Ferrater y presentó un proyecto conocido como el “Ojo del Califa” que contemplaba la construcción de un edificio de entre 45 y 60 metros de altura. La maqueta original del proyecto reproducía un edificio de 13 plantas con unas 140 habitaciones y 45 metros de altura. Este edificio se encontraba acompañado de un centro de convenciones de 20 metros y 4 plantas , con un parking subterráneo para 60 plazas.
Un atrio de madera une las dos piezas anteriores y dando paso a un parque arqueológico en la zona de la actual piscina. La inversión total del proyecto rondaba los 19 millones de euros.
Así mismo, la promotora PRASA invertiría en torno a 15 millones de euros en las zonas aledañas del Paseo de la Victoria para la construcción de un parking subterráneo en la Avenida del Conde de Vallellano, así como un espacio verde en el actual Paseo de la Victoria.
POLÉMICA
Este proyecto levanta una fuerte oposición entre algunos ciudadanos, entre los que destacan el antiguo alcalde Herminio Trigo o los arquitectos Juan Serrano Muñoz, Juan Cuenca y José Rodríguez Rueda que comienza en la primavera del año 2005, creándose diferentes plataformas ciudadanos que se oponen férreamente al proyecto por la altura del mismo y por el impacto visual que tendría en la fisonomía de la ciudad. Una de las cuestiones que más se comentaba es que rompería con el «skyline» de Córdoba, es decir, la conocida vista dese la Torre de la Calahorra. Si se construyese la torre en teoría sobresaldría por encima de todo.
A pesar de este hecho, el 29 de diciembre de 2005, en el Pleno Municipal el gobierno municipal de Izquierda Unida con el apoyo del Partido Popular y con la abstención del PSOE, aprueban la innovación en el PGOU para permitir hasta 74 metros de altura en la construcción de este nuevo edificio.
El grupo constructor Prasa anunció a principios de 2006 que tendría listo a mediados de febrero el proyecto definitivo de hotel de cinco estrellas que iba a sustituir al Meliá. El boceto se presentó a principios de octubre del año 2005 con la presencia en Córdoba del arquitecto Carlos Ferrater. Aquel boceto difería de la maqueta original y presentaba una altura máxima de unos 45 metros en el mayor de los edificios, ya que se proyectaba otro: el centro de negocios que acompañaba a dicho hotel. El proyecto definitivo tendrá una altura mayor, algo posible gracias a la aprobación en el pleno del Ayuntamiento de la modificación del Plan General de Ordenación Urbana de una altura máxima para el proyecto de 74 metros, lo que no quiere decir que finalmente el hotel sea tan alto, puesto que según los implicados estará en torno a los 55 metros. El teniente de alcalde de Urbanismo de entonces, Andrés Ocaña, y el director técnico de Prasa, se mostraban entonces en los medios muy satisfechos con este proyecto.
El proyecto de la llamada torre Prasa contaría finalmente con esos dos volúmenes. Uno más alto para un hotel y el otro un centro de negocios más bajo y de cristal. El hotel contendría unas 170 habitaciones y un ático-mirador. Se inspiraba en las celosías árabes de un modo abstracto para su cubierta de grandes piezas de arenisca. Tenía además un plano ondulado que destinado a permitir que la luz se reflejase de manera distinta en sus diversas partes: El edificio proyectado permitía además la vista de parte de la Victoria, evitando el efecto que causaba el hotel Meliá, cuya estructura impedía, como ahora el AC Palacio, que las personas que vengan desde el puente de San Rafael por Vallellano puedan acceder al paisaje que hay tras el edificio. Todo aquello suponía además la remodelación del entorno. Desaparecería, por ejemplo, el Centro de Educación Vial dedicado a los grupos de escolares, en aquellos años con muy poco uso.
Ante la amenaza de llevar al Tribunal Superior de Justicia de Andalucía el proyecto por parte del grupo en el que se encuentra Herminio Trigo y la posible ralentización de las obras, PRASA anuncia el 15 de abril de 2006 su renuncia a la creación de un edificio singular en el sitio del actual hotel, sustituyendo el proyecto por otro que no superará las 7 plantas. Otro de los aspectos esgrimidos era no esperar a que la innovación del PGOU se hiciera efectiva, pues era un trámite suficientemente lento. De hecho la retirada del proyecto acabó también con la tramitación de dicha medida, que no se llevó a cabo.
El 1 de agosto de 2006 empezaba la demolición del mítico Hotel Meliá, o Palace para muchos cordobeses. El 15 de mayo se inauguraba el nuevo Palace. Curiosamente, si la Torre Prasa generó debates encendidos entre posturas muy diversas, la respuesta de los cordobeses al nuevo hotel fue casi unánimemente de rechazo. Su cubierta de hierro perforado a modo de celosía le hizo ser conocido en seguida como El Oxidado o El Oxidaíto. Su puesta en marcha contó incluso con algún poema al respecto que realzaba su extraño aspecto.
