La empresa cordobesa, con sede en Villafranca, Balam Agriculture, se encuentra en pleno lanzamiento de un proyecto pionero en España y Portugal, llamado Ultima Carbono. Consiste, como ha indicado el responsable de márketing de la empresa, Daniel Marfil «en un proyecto para que los agricultores puedan emitir en un mercado voluntario lo que se llaman créditos de carbono». ¿En qué consisten estos créditos? «son certificados que pueden vender en dicho mercado por hacer de sumideros de carbono, es decir, por absorber CO2 de la atmósfera a través de buenas prácticas en sus cultivos». Y tal buena práctica cuenta con la compensación económica, por lo que todas las partes salen ganando.
La agricultura es responsable aproximadamente de la emisión del 15% de los gases del efecto invernadero, fundamentalmente por el uso de fertilizantes y la gestión de los suelos. Al convertir los suelos en sumidero, se “descarboniza” el medio ambiente y se consigue que el cultivo sea más rentable y sostenible.
SOBRE BALAM AGRICULTURE
Balam Agriculture surge de la fusión de dos empresas cordobesas, CBH y Galpagro, que contaban con más de 25 años de andadura y eran ambas un referente en servicios agrícolas. La unión tuvo lugar en 2021 con el objetivo de diferenciarse, gracias a la alianza, del resto de empresas del ramo, es decir, apostar por la diversificación de servicios de alto valor añadido más allá de los de recolección o poda o bien la venta de productos fitosanitarios. «Es una empresa con altas dosis de especialización en cultivos de alta intensidad como el olivar o el almendro», ha explicado Marfil, incidiendo en que también pueden trabajar con otros cultivos de alto valor añadido como el pistacho o la viña.
La empresa tiene varios departamentos, como ha desgranado el responsable de márketing: Balam Crops (asesoramiento en productos fitosanitarios); Balam Services (estudio del terreno, plantación, poda, recolección) y Balam Aqua (diseño de sistemas automatizados de riego), como departamentos más tradicionales. Los departamentos estratégicos, responsables de ese valor añadido, son Balam I+D+I (proyectos con financiación propia o europea junto a las principales universidades de España como variedades de olivar resistentes a las enfermedades y programas de mejora genética); Bala API o Asociación de Producción integrada (certificaciones), Balam Agrifood (consultoría para certificaciones de calidad en industria) y Balam Nature (asesoramiento en prácticas respetuosas con el medio ambiente)
Con todos estos mimbres, Balam está irrumpiendo con nuevos modos de hacer en el conservador mundo del agro: «En la agricultura se ha hecho siempre las mismas cosas y del mismo modo, pero a tenor de los restos que tenemos por delante, como son el cambio climático y los recursos cada vez más limitados, como el agua, no queda otra y hay que apostar por la innovación», ha indicado Marfil, que a su vez destaca el ahorro de costes como otro de los problemas de las explotaciones más tradicionales. En este caso tratan de promover el ahorro de coste de mano de obra en cultivos de alta intensidad, para lo que utilizan cosechadoras cabalgantes en las que se puede recoger aceituna y almendra en grandes superficies.
CLIENTELA DE BALAM AGRICULTURE
Fundamentalmente, la clientela de Balam Agriculture parte de la gran cuota de mercado que en Andalucía tenían CBH y Galpagro, incrementada con rapidez al resto de España y Portugal. La empresa tiene sede en Villafranca de Córdoba, Barrax (Albacete), Talavera de la Reina y Beja (Portugal). Hasta tal punto ha llegado la expansión que en estos momentos solamente el 10% del negocio está en Andalucía.