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José García Román (presidente del Córdoba Futsal): «somos de los pocos equipos que tenemos que pagar por el alquiler del campo»

José García Román (presidente del Córdoba Futsal): «somos de los pocos equipos que tenemos que pagar por el alquiler del campo»

Que en un país como España, en el que gran parte de la población considera al funcionariado como una jubilación anticipada, sea un funcionario el que emprende sin cesar, resulta verdaderamente insólito. Que fruto de este emprendimiento se obtenga al único equipo deportivo de élite que ha mantenido buenos resultados en las últimas décadas doblemente insólito. Hablamos de José García Román, presidente del Córdoba Futsal, que ha mantenido una conversación con Datta Capital acerca de cómo llevar a buen puerto una empresa de este tipo.

¿Cuál fue su trayectoria empresarial antes de llegar al Futsal?

Curiosamente desde los 19 años soy funcionario, pero eso no ha afectado para que haya montado negocios de hostelería o medios de comunicación, como Minuto 90 o es.Radio, emisora que estuvo varios años en activo hasta que la cerraron en 2012. Minuto 90 la creé en 1990. Al principio era una revista de fútbol base, luego de fútbol general y más tarde una página web con una buena repercusión.

¿Cómo se decidió a entrar en el mundo del fútbol sala?

Me daba cosa que Córdoba no contase con un equipo de fútbol sala de élite cuando sí que tenía diez o doce jugadores en primera división y algunos internacionales. Así que me puse manos a la obra Todo  parte en realidad de que soy un obsesionado del trabajo y tengo mucha inquietud. Por ejemplo una de las cosas de las que más orgullosos estoy es de crear una asociación para conseguir en su momento la rehabilitación de San Agustín. La asociación la compusimos en algunos momentos dos personas, pero pones en marcha una asociación y pareces más gente [ríe]. Conseguimos finalmente llegar a las instituciones y que se sumara más gente. Vamos, que unas veces me he metido más en negocios con ánimo de lucro, otras en cuestiones de historia del arte, y luego en el fútbol sala, que no es más que ruina [ríe]. El caso es no parar.

Durante estos años, ¿qué ha sido lo más difícil en el plano empresarial?

Lo más complicado de la gestión es irse adaptando. Porque una cosa es empezar en provincial con un presupuesto inicial aquel año de 5.000 euros, hasta llegar a mover un millón en ésta, nuestra décima temporada de existencia. Es como cuando tienes un hijo: no te dan libro de instrucciones. Hay que ir creciendo poco a poco, sabiendo lo complicado que es, y aplicar conocimientos de negocios anteriores. Yo soy un triste funcionario [ríe]. Detrás de mí no hay ningún mecenas, y uno de los compromisos que tengo con todo el club es que cobren el día diez. Eso muchas veces es difícil, hasta el punto de tener que recurrir a familia y amigos. Debemos intentar que los gastos no superen a los ingresos, algo que para nosotros es una ruina.

¿De dónde proceden los ingresos?

Hay cuatro capas. Una son los abonos. Otro los patrocinadores principales, en este caso el Ayuntamiento y el Cabildo Catedral. Luego están los pequeños patrocinadores y por último cuestiones variadas como subvenciones o derechos de televisión, aunque no sean muchos. Con estas cuatro patas intentamos cubrir el presupuesto, algo que es muy difícil en primera. Si será difícil que en los últimos 30 años, al menos en categoría masculina, no ha habido equipos en la élite, salvo brevemente el Córdoba, y le fue muy mal. Faltan en cualquier caso ayudas al deporte de élite. La parte formativa o de base sí está bien cubierta, pero en la élite hay una carencia que termina en el abandono de la mayoría de los proyectos. Indudablemente es importante que los niños hagan deporte, pero también contar con equipos señeros para llevar el nombre de Córdoba fuera de nuestras fronteras. Actualmente se considera a la liga española de fútbol sala como la mejor del mundo, por tanto estamos vendiendo a Córdoba por todo el mundo. Es más, el año que subimos a primera división se multiplicaron las fichas de fútbol sala en la ciudad porque al fin y al cabo los niños quieren ver a sus ídolos.

Hemos hablado de los ingresos, pero ¿y los gastos? ¿Cuáles son los principales en un club de estas características?

Evidentemente los sueldos de los jugadores y el equipo técnico. Se requiere que todos sean de enorme calidad. También son importantes, pero mucho menos en comparación, los gastos de viajes o federativos. Y hay que hablar también del alquiler. Somos de los pocos equipos que están en una ciudad donde tienen que pagar por el alquiler del campo donde juegan, en este caso Vista Alegre. A esto se le debería dar una solución. También tenemos los gastos de las categorías inferiores, puesto que tenemos un filial en segunda B. Mientras muchos equipos de la ciudad de cualquier deporte están en tercera o cuarta categoría, nosotros tenemos al equipo de primera división, y al de segunda B…que va líder. También tenemos categorías inferiores con sus desplazamientos de fin de semana.

Por su experiencia en el Córdoba Futsal, ¿qué ha sido los más difícil desde el punto de vista económico?

El tema económico es muy difícil todo [ríe]. Es muy complicado. El simple hecho de que alguien te pueda adelantar dinero si hay un desfase de tesorería es ya muy trabajoso, porque aunque tengas cuadrado el presupuesto se pueden retrasar una serie de subvenciones y te desbaratan todo. Lo pasamos muy mal. Pero  lo peor se puede incluir también en el aspecto económico, y es cuando tienes que despedir a jugadores que lo han dado todo por el equipo. No se lo recomiendo a nadie. Por ejemplo cuando pasó con jugadores que ascendieron al equipo a primera división. En estos casos siempre hemos estado el entrenador y yo, pues he querido dar la cara a la hora de decir adiós.

Ha comentado el asunto de las ayudas al deporte de élite o el alquiler de Vista Alegre. ¿Qué más echa en falta que pudiera servir de apoyo al equipo?

Por una parte todos quisiéramos tener una Diputación como la de Jaén, que da 500.000 euros al equipo, así es muy fácil, pero por otro lado se puede ver ilógico que una Diputación se gaste directamente tanto dinero. Pero sí echo en falta que instituciones como el Ayuntamiento o la Diputación, que tienen contactos con empresas, puedan animar una apuesta privada por el deporte para ayudar a los principales clubes de Córdoba. El Ayuntamiento ya es el principal patrocinador, y sus subvenciones al deporte son modélicas, me refiero a que precisamente no tuviera que salir todo de las arcas públicas. Las instituciones quizá debería de tirar del carro privado.

Se echa de menos a Cajasur…

[Ríe] Creo recordar que un año hubo cinco equipos de baloncesto patrocinados por Cajasur.

Lo patrocinaba todo.

Hubo así años buenos de baloncesto, balonmano y deportes femeninos. Claro, la idea de las cajas de ahorro era la de favorecer la economía de su provincia. Eso desapareció. Y hay que tener en cuenta que Córdoba no es una provincia fuerte empresarialmente. Por eso es importante el efecto llamada. Si una empresa ve que otra patrocina también se animará a hacerlo.

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