Un ambicioso proyecto liderado por Antonio Ortega Benítez intentó posicionar a Córdoba como pionera en la fabricación de automóviles en España a principios del siglo XX.

Córdoba y su fugaz sueño automovilístico: La Sociedad Española de Construcciones Mecánicas

En 1906, Córdoba fue escenario de un innovador intento de industrialización con la creación de la Sociedad Española de Construcciones Mecánicas, una empresa que aspiraba a fabricar automóviles en serie. Liderada por el militar y empresario Antonio Ortega Benítez, esta iniciativa logró construir dos vehículos en su breve existencia, pero la falta de capital truncó su desarrollo. Aunque efímera, la sociedad dejó un legado de visión y emprendimiento en la historia de la ciudad.
 

Córdoba y su fugaz sueño automovilístico: La Sociedad Española de Construcciones Mecánicas

A comienzos del siglo XX, Córdoba vivió un breve pero ambicioso intento por entrar en la emergente industria automovilística. En 1906, se fundó la Sociedad Española de Construcciones Mecánicas, una empresa que aspiraba a fabricar automóviles en serie, marcando un hito innovador en la ciudad y en el país. Al frente de esta iniciativa estuvo Antonio Ortega Benítez, un destacado militar y empresario, que asumió el cargo de gerente de la sociedad.

Córdoba y su fugaz sueño automovilístico: La Sociedad Española de Construcciones Mecánicas

Antonio Ortega Benítez (Fuente: Cordobapedia)

Antonio Ortega Benítez: el visionario detrás del proyecto

Antonio Ortega Benítez, comandante de Infantería y figura influyente en Córdoba, dedicó su vida tanto al servicio militar como a proyectos que buscaban impulsar el desarrollo de su ciudad natal. Su papel en la sociedad fue fundamental, ya que aportó no solo su liderazgo, sino también su red de contactos y experiencia en la gestión de entidades locales. Ortega había presidido instituciones como el Círculo de la Amistad y la Empresa de Aguas Potables de Córdoba, demostrando su compromiso con el progreso de la ciudad.

Bajo su gerencia, la Sociedad Española de Construcciones Mecánicas inauguró su taller el 31 de octubre de 1906, en la Carrera de la Fuensantilla, número 39. Este taller comenzó reparando motores y automóviles, pero su verdadero objetivo era fabricar vehículos en serie, una empresa pionera en España.

Los primeros pasos: un sueño industrial con obstáculos

El taller, impulsado por Ortega y otros destacados cordobeses como Francisco Gómez Torres y Enrique del Castillo Romero, logró construir dos automóviles durante su breve existencia. Uno de ellos se vendió rápidamente a un cliente de la provincia, mientras que el otro fue presentado durante la Feria de la Salud de 1907, causando admiración por sus 20 caballos de fuerza, un logro técnico para la época.

Sin embargo, la falta de capital fue un obstáculo insalvable. En junio de 1907, la sociedad publicó una carta dirigida a los ciudadanos de Córdoba solicitando la suscripción de acciones para completar los fondos necesarios. En esta misiva, Ortega y sus socios apelaron al patriotismo local, advirtiendo que, de no conseguir el apoyo financiero, la fábrica podría ser absorbida por empresas extranjeras o trasladada fuera de la ciudad, privando a Córdoba de una fuente de riqueza y progreso.

El legado de Antonio Ortega Benítez

Aunque el proyecto de la fábrica de automóviles no prosperó, la implicación de Antonio Ortega Benítez en esta y otras iniciativas refleja su visión innovadora y su compromiso con el desarrollo de Córdoba. Ortega no solo destacó en el ámbito empresarial, sino también en la vida política y social de la ciudad, donde fue presidente del partido maurista local y desempeñó un papel activo en la promoción de la industria y el bienestar de la comunidad.

Fallecido en 1916, Antonio Ortega Benítez dejó un legado de liderazgo y emprendimiento que marcó un capítulo significativo en la historia de Córdoba. La Sociedad Española de Construcciones Mecánicas, aunque efímera, simbolizó las aspiraciones de una ciudad que buscaba ser protagonista en una era de transformación industrial.

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