Localización
«El Churrasco, taberna típica inaugurada recientemente en el barrio de la Judería. Su instalación es sobria, confortable, correspondiendo plenamente al estilo de su montaje». Así rezaba el titular y subtítulo del Diario Córdoba en el que se daba cuenta del nacimiento del más conocido restaurante cordobés. En la fotografía del recorte que pueden ver en la galería de fotos aparecen sus dueños, Rafael Carrillo y María Concepción Rodríguez (Mari). Y bendiciendo el establecimiento el sacerdote Miguel Castillejo, quien fuera pocos años después el célebre presidente del Monte de Piedad, luego Cajasur.
Aquel 22 de mayo de 1970 supuso en cierto sentido una inauguración por partida doble. El local empezaba su andadura, pero también lo hacía el propio plato que le da nombre al restaurante. Y es que el churrasco era un tipo de corte argentino, también llamado tira de asado, que consiste en darle una serie de cortes transversales a la zona de las costillas de la vaca. Rafael Carrillo, que quería basarse en gran medida en las carnes, se inventó el churrasco cordobés. Para ello escogió carne de la tierra sabrosa pero a la vez económica: solomillo de cerdo, con unos pequeños cortes. Decidió acompañarlo de las conocidas salsas verdes y rojas. Su éxito fue tal que hoy día en Córdoba y otros lugares de España se asocia el churrasco a este plato, y no a los cortes argentinos.
El nacimiento de El Churrasco no fue casual, sino que responde a la larga y variada carrera laboral de su impulsor, Rafael Carrillo, nacido en 1940. Como tantos jóvenes de entonces, empezó a trabajar siendo niño. Y así, con tan sólo 11 años se empleó de mancebo en la farmacia de la Colonia de la Paz. «Lo metió mi abuelo para que aprendiera a hacer números, y a la vez se dedicaba a vender leche por las casas», rememora Rafael Carrillo Hijo, actual responsable del restaurante. Su padre continuó su carrera en 1952, con doce años, ya en la hostelería, en concreto en Casa Minguitos, que estaba en San Lorenzo, lo que supuso una escuela para él durante cinco años. A partir de ahí se suceden multitud de experiencias en bares o restaurantes ya desaparecidos que para los mayores supondrán nombres familiares de antaño: el Bar City de la carretera de Madrid, el bar Larrea de Cañero, Los Califas en la Judería, la Posada del Mar también en la carretera de Madrid y, por último, Los Califas de la Sierra (el actual Don Juan).
Los Califas de la Sierra pertenecía a la misma casa que los Califas de la Judería. Rafael y su esposa Mari estuvieron trabajando en 1970 en el establecimiento situado en Camino del Arroyo. Él como encargado y ella como cocinera. Y de hecho vivían incluso allí. En ese momento, ya casados, y como indica Carrillo Hijo, se preguntaron «¿si estamos llevando el negocio de otros por qué no montamos nosotros uno?». Y llegó El Churrasco.
DE PEQUEÑA TABERNA A GRAN RESTAURANTE
El Churrasco origina- era una pequeña taberna que ocuparía hoy solamente parte de la zona de la barra, de hecho hasta la parrilla. En la galería de fotos se puede ver aquella pequeña taberna que sería germen del más conocido restaurante cordobés junto a El Caballo Rojo. Durante los primeros cuatro años, la pareja formada por Rafael y Mari son los únicos trabajadores. Él atiende y ella cocina. Y además viven allí. Así se construyeron las bases del negocio.
En 1974 unen la casa de Romero 16 con la de Romero 14, a la que se entra por la calleja. Tiraron esta última, que pasó a ser el patio del restaurante. «Allí tenía David Rico un local, que se le compró», sigue narrando Rafael Carrillo Hijo. Fue la primera gran ampliación, que convierte a la taberna en un restaurante que en algunos momentos ha llegado a tener 95 empleados directos entre limpieza, sala, administración y cocina.
Las ampliaciones continuaron creciendo junto a la fama del establecimiento, y así llegaron el salón mudéjar y el salón de la abuela en 1982 y 1985 respectivamente. En 1986 transforman dos casas de la calle Romero que se usaban como almacén en la Bodega de El Churrasco. En los años noventa hay otra gran ampliación en dos fases. En 1994 llegan el salón azul y el salón del espejo. En 1997 el salón árabe, el salón del invernadero y el patio del limonero. Ya en el 2019 se inauguraría, con Rafael Carrillo Hijo, el salón del naranjo, y en 2021 la azotea, que funciona de forma intermitente.
Además del restaurante y la bodega, El Churrasco abrió la Hospedería de El Churrasco en el año 2004 y a petición de muchos clientes que venían a comer desde otras ciudades y no sabían dónde quedarse. Aunque la idea desde el principio fue que la gestión la llevasen otros, el propio Rafael Carrillo Hijo dirigió el proyecto hasta el 2016. Este pequeño hotel fue uno de los pioneros en Córdoba dentro del concepto boutique.
Entre 1970 y la actualidad, miles y miles de clientes satisfechos, y una galería de celebridades que convierten a El Churrasco en una “alfombra roja” gastronómica.
Y un mensaje claro: uno no ha comido en Córdoba si no ha comido en El Churrasco.